El libro no es la “verdad”, la verdad es que no podría serlo. Es una reconstrucción, es una recreación, es un artificio, un invento basado en información contradictoria y fragmentada, una aparente verdad inevitablemente falsa que es a su vez un intento de asir lo esencial de lo que pasó, porque lo que queda de aquella verdad es un cúmulo de confusiones, mentiras deliberadas, mitos, versiones de versiones, supuestos y distorsiones tamizadas por el paso del tiempo.
Sin embargo no pudimos hacer a un lado del todo lo reunido en las entrevistas, ya que al momento de narrar cada una de las muertes se nos imponía como un imperativo el respeto por los testimonios, así que dejamos que en el tejido ficcional asomen ventanas de no ficción, espacios para que los entrevistados dijeran con sus palabras, sus propias verdades.