espinaco

Una historia de amores chinos

La señora china era lo más importante de la amistad de los tres amigos que nunca tuvieron un desacuerdo para concertar las noches de visita en las que iba cada quien.

Una cuestión profesional

La verdad es que cada vez más me cuesta pensarla tirada en la calle, desarticulada como una muñeca sobre el blanco y el gris de la senda peatonal o respirando el último aire en la soledad de la terapia intensiva, abandonada y sola.

La puta casualidad

A lo mejor la historia no empezó hasta ese momento en que terminó. A lo mejor fue ahí, en su desenlace, en ese exiguo momento de confusión y de balazos, cuando tuvo sentido preguntarse los por qué y los cómo.

Apuntes sobre la mutación de los triángulos

Quien se haya detenido con el suficiente tiempo y la necesaria paciencia a mirar y mirar un triángulo, ya habrá descubierto esa inevitable tendencia a mudar de forma, a cambiar lenta pero rigurosamente la tensión de los ángulos y por ende la dimensión de los lados opuestos.

Uno de Gigantes

Hay un choque de espadas bien arriba, allí a donde llegan los gigantescos saltos de las gigantes montas de los dos enamorados. Uno de gigantes para contarles a los mas chiquitos.

Poemas en la lluvia

Algunas poesías escritas en Uruguay, en Aguas Dulces, en lo de Cacho Cola. Un año que llovió mucho

Esos departamentos de ahora

Ahora hay que limpiar el comedor que realmente parece un desván, cualquier cosa menos un comedor que uno espera que sea un lugar amplio como el que teníamos en casa cuando vivía el viejo.

Mímica

El de pulover rojo respira el encierro que ahora se traduce en una puntada en las costillas, en residuos de dolor que le caminan por el vientre mientras gira para seguir de frente, ahora que el otro se mueve tan rápido y que golpea de nuevo desde arriba.

Esa canción tan vieja

Antes le habría parecido una tontería como las que le reprochaba siempre a Mara, que se emocionaba hasta las lágrimas con los teleteatros de la tarde y vivía soñando que pasaban ángeles cada vez que todos se quedaban callados.

Los gritos

Esteban y Esteban. Un viejo cuento que cuenta dos historias o a lo mejor la misma, unidas nada más que por un grito.