¿Empieza la postpandemia? (30/05/2020)

El televisor de mi casa cuenta que está por salir una nave espacial, los periodistas explican que se trata de un hecho histórico pero resulta que no, resulta que las noticias se inventan como se fabrican las balas: para prever las guerras por venir.

Las cámaras se pasean sobre el metal blanco y el paneo vertical lleva la imagen hasta la banderita norteamericana dibujada allá arriba.  Después se ve a los astronautas caminando sobre la plataforma, cerca de los ascensores que los llevarán al futuro y ahora – por fin -, ya estamos dentro de la cápsula y ellos ya están sentados, algo inclinados hacia arriba de modo que los cascos de sus trajes espaciales quedan de cara a las grandes pantallas de las computadoras. 

Hay más, claro. Hay periodistas que explican qué se siente al despegar, anticipos del clima que puede hacer posponer de nuevo el despegue, explicaciones sobre las virtudes de la nave y de los propulsores, cámaras por todos lados mostrando imágenes imponentes que ayudan a crear la magnitud del hecho que han dado en caracterizar como hecho histórico.

Hace nueve años que Norteamérica no enviaba hombres al espacio, que no realizaba vuelos tripulados – dice el señor de la tele – y uno de puro atropellado entiende que hace nueve años que no se envían vuelos tripulados al espacio pero enseguida se entera de que los dos astronautas que viajarán en éste, se encontrarán con otros que ya están en la Estación Espacial. 

• ¿Y esos cómo subieron? 

• Ah, esos fueron en vuelos que no eran norteamericanos.

Y entonces, de pronto, la noticia se desvaloriza. 

Ya no se trata de un hito fundacional en la historia de la conquista del espacio, ahora apenas es la vuelta a los vuelos tripulados norteamericanos  que no los había desde hace casi una década, desde el 2011, desde que Obama sacara de servicio al programa Space Shuttle después de 135 viajes a lo largo de treinta años.

Gato por liebre

Puede ser que no sea correcto decir que la noticia se desvaloriza, digamos que deja de ser lo que parece, una noticia tecnológica o científica, para ser lo que de verdad es, una noticia política.  Digamos que ahora la liebre ya se va viendo gato.

“Será la primera vez en la historia que una compañía aeroespacial comercial lleva humanos a la órbita de la Tierra” nos explica la CNN, que muestra que esto tiene su importante explicación económica, porque los norteamericanos “han dependido de las naves Soyuz rusas desde entonces, por las que han tenido que pagar una cantidad que se ha ido incrementando con los años, hasta alcanzar los 86 millones de dólares que cuesta actualmente cada billete de ida y vuelta a la ISS.”

Cuando uno se fija en los antecedentes descubre que no queda ni una pizca de liebre en este gato:  las naves rusas Soyuz realizaron cuatro vuelos en 2019, tres de ellos tripulados, y el 9 de abril de 2020 – ahora, hace poquito, hace menos de dos meses – despegaba la Soyuz MS-16 con tres tripulantes – uno de ellos norteamericano – con el mismo destino que los dos que parten hoy desde la península de Florida.

Las guerras por venir

La pandemia todavía no se fue pero el chiquitín coronavirus dejará, inevitablemente, sus secuelas en el planeta.

  Es verdad que la crisis capitalista y sus hijas las guerras de mercado ya venían mostrándose, ya era visible un escenario de escaramuzas entre los pesos pesados, principalmente entre Estados Unidos y China, pero no solo entre ellos.  Sin embargo la pandemia ha hecho mucho más que funcionar como catalizadora de esa crisis,  la ha amplificado a niveles increíbles, le ha sumado los efectos de la parálisis y de las restricciones de movimientos de personas, una especie de efecto desglobalizante que agrega otro freno a la economía.

Entiendo que con ese marco, con ese contexto del alistamiento para la postpandemia, de la preparación de los enfrentamientos inminentes,  es que hay que leer estas noticias inventadas que intentan mostrar a un Estados Unidos dispuesto a timonear nuevamente el mundo, a recuperar su posición de potencia hegemónica.  Las palabras del administrador adjunto de la Agencia aeroespacial estadounidense, Jim Morhard, no dejan dudas:”estamos realmente liderando el inicio de la revolución espacial y esto es algo mucho más grande que nosotros, pero nuestra objetivo es inspirar a una nueva generación, dar esperanza a mucha gente que lo necesita y unificar al país y al mundo entero”.

Por si faltaba algo, para que se entienda que Estados Unidos nos quiere a todos hoy mirando para arriba, el presidente Donald Trump que ya estuvo el miércoles mirando el primer intento que hizo fracasar el clima, acudirá este sábado para ser testigo del lanzamiento de la cápsula Crew Dragon de Space X. 

Las otras noticias

Aquí en la Argentina de la curiosa infectadura, TN sigue mostrando imágenes de la preparación del lanzamiento desde Florida, pero es interesante recorrer los diarios – especialmente los de Estados Unidos – para ver que hay otras noticias, y que imponer el relato épico de un imperio que mira hacia el futuro no va a resultar una cosa sencilla.

Ocurre que Estados Unidos es también el pueblo que ha perdido por millones puestos de trabajo y es el pueblo que mira a la miseria cara a cara mientras cuenta los muertos de la pandemia.

En medio de eso, cualquier injusticia de las que se viven habitualmente en cualquier calle de cualquier ciudad norteamericana detona esta vez el estallido y por eso, después de que el lunes en Minneapolis un policía matara a George Floyd, lo que está sucediendo ha copado las páginas de los diarios norteamericanos. 

Y una simple recorrida por los titulares de hoy demuestra que el “histórico” lanzamiento de la nave de Musk no es de ninguna manera el gran titular, que los temas siguen siendo la pandemia pero también la bronca, esa bronca de tantos norteamericanos por la muerte de Floyd, esa bronca que es a su vez el reflejo de una bronca más profunda y más brutal contra un mundo que a cada momento resulta más difícil de ser vivido.